El gran mecenazgo de Beatriz de Este: La Cartuja de Pavía y su historia


Debido al gran mecenazgo de Beatriz de Este, conservamos y podemos contemplar varios monumentos del renacimiento italiano,  como por ejemplo, el monasterio de la Cartuja de Pavía o Santa María de las Gracias en Milán.

Nos centraremos en la Cartuja de Pavía y su gran historia:

  Interior de la cartuja de Pavía [fotografía de Robie Ferrari (Flickr), 2005]


El triste destino de Ludovico Sforza, el Moro, y Beatriz d'Este no es algo inusual a lo largo de la historia. Los amantes, separados en vida, y en ocasiones también en la muerte. Sus sepulcros se convierten en lugares de leyenda. 
Recordamos a Don Pedro de Portugal y Doña Inés de Castro, y su tumba en Alcobaça; Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, los amantes de Teruel;  Romeo y Julieta, en Verona...,  y también Ludovico y Beatriz, poseedores estos últimos, de una morada eterna preciosa.

Durante el mandato de Ludovico Sforza, Milán se convirtió en el centro donde se gestó el clasicismo que marcaría las directrices de la arquitectura del siglo XVI. Allí coinciden Bramante, Leonardo da Vinci, Luca Pacioli, etc. Leonardo, paradigma del hombre renacentista, establece allí los fundamentos de la concepción clasicista de la pintura. Las artes viven una época de esplendor.
Gian Galeazzo Visconti fundo la Cartuja en 1396 como mausoleo familiar, y los trabajos concluyeron a mediados del siglo XVI, ya bajo los Sforza, convirtiéndose en uno de los grandes monumentos del renacimiento lombardo. 
Su construcción a lo largo de dos siglos, produjo la inevitable superposición de estilos artísticos: gótico, renacentista y barroco. Además de un gran número de arquitectos, trabajaron aquí numerosos escultores y canteros. La fachada asombra por sus mármoles de colores y las escenas escultóricas que la cubren casi por completo. El interior es igualmente rico en decoración; suelos, techos y paredes, espacios abovedados, luces que se filtran a través de las vidrieras.

La obra más famosa de la Cartuja de Pavía es el monumento funerario de Ludovico Sforza, el Moro y Beatriz de Este, de un realismo sobrecogedor, realizado por Cristoforo Solari en 1497. 
Sin embargo, este no era el lugar elegido por los esposos para su descanso eterno, sino Santa María della Grazie, en Milán, donde Leonardo había terminado el fresco de la Última Cena. 

Ludovico y Beatriz se casaron en 1491; la duquesa, muy culta, sumamente inteligente y con gran habilidad política, potenció las artes y el conocimiento. Sin embargo, en 1497, a los veintidós años de edad, falleció durante el parto de un niño, que nació muerto.

Las desgracias no terminaron ahí para Ludovico, que en 1498 debió afrontar el hecho de que el recién coronado Luis XII de Francia, reclamase sus derechos al ducado de Milán, como nieto de Valentina Visconti. Ludovico en un primer momento huye para buscar refugio junto al emperador Maximiliano I en Innsbruck, para regresar en el año 1500, al frente de un ejército, que a la postre le traicionaría, y reconquistar buena parte de lo perdido, incluida Milán.
A pesar de ello, fue derrotado en la batalla de Novara. Los franceses lo encarcelaron en el Castillo de Loches hasta su muerte, ocurrida ocho años después.

Beatriz fue enterrada en Santa María della Grazie, donde décadas después sería enterrado su esposo también, pero no en el monumento concebido por Solari, que, debido a las necesidades de fondos de Santa María fue vendido en 1564 a la Cartuja de Pavía.

Así, como para mostramos que no siempre los planes se cumplen, el monumento más admirado de la Cartuja es, en realidad, una tumba vacía, ocupada, tal vez, por los espíritus de Ludovico y Beatriz, al fin unidos para siempre.



 [Picture by Giovanni Dall'Orto, March 6 2008]

En esta iglesia-convento esta situada La Ultima Cena, obra cumbre de Leonardo Da Vinci, justo enfrente del retrato de una de las damas más importantes del renacimiento, Beatriz de Este. 


                                               [Fotografía de León Petrosyan, 2019]




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